¿Qué significa realmente eso de ser solidario con el pueblo saharaui? Tragar mecha y apoquinar «ayudas». Eso significa. Aguantar de todo sin rechistar. Tolerar todo, haciendo la ola permanentemente al Frente Polisario, y seguir a pies juntillas sus órdenes. Porque sí, son órdenes. Quien paga, manda. De toda la vida, oiga.
Desde hace ya 43 días, Moulay Abba, Fadel Breica y Mahmoud Zeidan, tres disidentes del Frente Polisario, permanecen en una situación de absoluta injusticia. Fueron detenidos arbitrariamente, sin orden judicial ni cargos concretos y encarcelados inicialmente en una prisión secreta, aislados e incomunicados. Ya en una prisión civil en Rabuni, ellos mismos han contado en visitas familiares y de su abogado, que fueron sometidos a tortura física y psicológica con el fin de que firmaran confesiones de colaboracionismo con el enemigo. Desde hace15 días están en huelga de hambre, a 50 grados de calor, sufriendo ya las consecuencias en su cuerpo y sin atención médica, que se les niega en contrapartida a la presión ejercida por dicha huelga.
Ayer informábamos de que el ciudadano español Fadel Breica había sido ingresado en un hospital militar cercano a la prisión. Hoy, es Moulay Abba Buzeid quien ha adoptado la determinación de emprender huelga total. Desde hoy no ingerirá tampoco agua, en protesta por la falta de avance en la Justicia saharaui, que continúa sin determinar qué delitos les imputan para mantenerlos encarcelados en esas condiciones infrahumanas.
Fadel Breica decía a sus familiares el pasado viernes que «la huelga de hambre cesará el día que nos liberen o nos entierren en el cementerio de Smara». Ahora es Moulay Abba quien ha decidido agilizar ese proceso… ¿Cómo es posible que el movimiento «solidario» salga a la calle a denunciar ante instituciones españolas las violaciones de DDHH en el Sahara Occidental a manos de Marruecos y excluya las cometidas por el Frente Polisario, que son exactamente iguales?
Por pura humanidad, por coherencia y por lógica, deben intervenir, actuar y defender también el estricto cumplimiento de la legalidad internacional en los campamentos saharauis de Tinduf, ya que para eso es el «movimiento solidario con el pueblo saharaui», no de «complicidad con el Frente Polisario», que es muy distinto.
De momento, su papel se limita a seguir con la propaganda del Frente Polisario, haciendo oídos sordos a los gritos de auxilio de las víctimas de violaciones de DDHH en los campamentos por el yugo dictatorial del Polisario. Ya no funciona, porque cada día hay más voces que reivindican la libertad en los campamentos.
Y puede que muchos no estén de acuerdo con las formas en que los tres detenidos expresaban su disconformidad con las políticas del Polisario, pero en lo que sí están unidos es en la convicción de que el ministerio de Justicia, los tribunales, la Gendarmería y los centros penitenciarios están contraviniendo la ley saharaui y la legislación internacional desde cincuenta mil puntos de vista. Simplemente está mal hecho. El Frente Polisario ha cometido un grave error, a través de una decisión del ministro del Interior, y es incapaz de reconocerlo y poner a los tres detenidos en libertad.
Pues ya es hora o van a morir en la cárcel de inanición. Eso sí, entre tanto, el movimiento «solidario» en comandita con las delegaciones del Frente Polisario en España y con los dirigentes veraneando en playas españolas, seguirán como si nada. Ya saben, estas cosas son sólo «maniobras enemigas» de las que «no pasan» en los campamentos, igual que los secuestros de mujeres por tradición y cultura. ¿Hasta cuándo hay que seguir girando a su alrededor como si les debiéramos la vida? La cúpula del Polisario se ha cobrado bien cara la ‘deuda moral e histórica», pero esto ya pasa de castaño oscuro. Son vidas, que no se miden en dinero.