POR SALEK MOHAMED
El día 4 de abril se celebra en París el juicio penal contra Abdellatif Hamouchi, director de la Dirección General de Supervisión de los Territorios de Marruecos (DGST), por la denuncia interpuesta por supuestas torturas al preso de origen saharaui Ennama Asfari, presentada por su esposa, Claude Magin, y la Asociación de Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT) en febrero de 2014.
Aunque ni los propios denunciantes creyeron que prosperaría, al no tener Asfari nacionalidad francesa, para sorpresa de todos, el juez instructor admitió a trámite la denuncia contra el policía marroquí (el 19 de septiembre de 2014), al reconocerle al preso su «condición de víctima» como esposo de una ciudadana francesa.
Una denuncia que envuelve toda una “causa” creada alrededor de los hechos ocurridos en el campamento GdeimIzik, a 15 km de la ciudad de El Aaiún (Sahara Occidental) en noviembre de 2010, en el que murieron 11 policías marroquíes y se produjeron multitud de heridos, y que culminó con un juicio ante el Tribunal Militar de Rabat, que condenó a 23 saharauis a penas entre 20 años y cadena perpetua. Uno de ellos fue Ennama Asfari, que cumple en la cárcel de Sale una condena a 30 años. Con los años, el argumento de las torturas y malos tratos en la prisión ha sido una de las mayores reivindicaciones del Frente Polisario, si bien en ningún caso han podido ser demostradas. De hecho, esta misma denuncia de Ennama Asfari no prosperó anteriormente ante el Comité de la ONU contra la Tortura por falta de pruebas.
Asfari era activista, dentro y fuera de El Aaiún, de largo recorrido en las comisarías marroquíes, con numerosas detenciones y un cúmulo de antecedentes penales en su historial policial. Acostumbrado a una vida cómoda en París junto a su mujer francesa, como estudiante de Relaciones Internacionales y co-presidente-junto a su esposa, Claude Magin- de CORELSA (Comité para la Defensa de los DD.HH. en el Sahara Occidental), no constituido como asociación ni reconocido como tal. Puede que el intento por recuperar la vida parisina de burguéssea la razón por la que decidió emprender la aventura de denunciar al director de la DST, policía marroquí condecorado en España con la Cruz Honorífica al Mérito Policial con distintivo rojo, la más alta condecoración del Estado español para los agentes de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, por la excelencia de su servicio de seguridad, auto-sacrificio y profesionalidad de su personal.
En todo momento las autoridades marroquíes han expresado su indignación por la decisión del tribunal, asegurando que no se juzgan los hechos delictivos sino consideraciones puramente políticas, refiriéndose a que el juez no estaba teniendo en consideración que el activismo político independentista de Ennama Asfari, que ha continuado aun estando preso, dado que lidera todas las campañas emprendidas por el grupo de presos del “Grupo GdeimIzik” desde la cárcel, alimentadas desde el exterior por las hordas del Frente Polisario en las redes sociales. La última, 29 días de huelga de hambre de 13 de los miembros de ese grupo, en la que, tras someterlos a revisión médica, se comprobó que se encuentran en perfectas condiciones por haber ingerido alimentos. Una estratagema más dirigida a “refrescar” la memoria a la opinión pública y con respecto al campamento Gdeim Izik ante el inminente juicio al director de la DGST.