La riqueza del hijo del jefe de la diplomacia del Polisario en América Latina crea revuelo en Tinduf

El ministro de exteriores del frente «polisario»

El “Ministro de Relaciones Exteriores” del Polisario, Mohamed Salem Ould Salek, está en los titulares de las noticias regionales. Su hijo acaba de inaugurar una nueva clínica en Ecuador, mientras que él ya tiene una en Panamá.

La Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, opuesta al Frente, acusado Ould Salek por haber financiado la realización de la clínica por las operaciones de desvío de ayuda humanitaria destinada a la población de los campamentos de Tinduf.

Por su parte, el Foro de Apoyo a los autonomistas de Tinduf (Forsatin) ha optado por centrarse en el destino real del “dinero del pueblo argelino” que se utiliza principalmente “para el enriquecimiento de los miembros de la dirección del Polisario y sus familias y no para mejorar la vida cotidiana de los habitantes de los campamentos de Tinduf”.

Signo de la profunda crisis de confianza que atraviesa la dirección del movimiento separatista, un medio muy cercano al Polisario reiteró su llamado a una “revisión y reestructuración de la diplomacia del Frente Polisario”. Ould Salem ha estado a cargo de este departamento desde 1998.

En octubre de 2021, Futuro Sahara, otro sitio del Polisario, señaló las “disparidades” entre una minoría privilegiada y una mayoría que vive en los campamentos de Tinduf. Una mayoría que “alimenta el esfuerzo de una guerra que comenzó sin planificación y que continúa sin evaluación y que sigue causando víctimas entre los hijos del pueblo y los descendientes de los combatientes”.

“El incendio de noviembre de 2020, nombre dado a la reanudación de las armas contra Marruecos”, no ha hecho más que quemar el corazón de los ciudadanos del Estado en el exilio que tienen los ojos clavados en la pared.

Aquí os ilustramos las photos de la clínica en cuestión :

ESCÁNDALO: LA «MILITANTE» SAHARAUI  SULTANA JAYYA, DUEÑA DE UN APARTAMENTO  EN ALICANTE, ESPAÑA

                          En un artículo de prensa publicado el miércoles 08 de diciembre de 2021, por el sitio web saharaui, www.sahrawikileaks.com/news2497.htm, trata de la farsa militancia de la activista  saharaui en la ciudad de Bojador ocupada, Sultana Jayya, conocida en su entorno por su pasión a la fama en la medida en que se esfuerza para verse en los medios de comunicación españoles y captar la atención de las ong solidarias con el pueblo saharaui, su deseo voraz por la búsqueda y acumular dinero en detrimento de la causa justa del pueblo saharaui.

                                Sultana Jayya, según el mismo artículo, ha conseguido, durante un año de “una comedia teatral” rodada dentro y fuera de su domicilio en Bojador ocupada, con su hermana El Ouaara Jayya y su madre, convencer a las manos generosas de las asociaciones  españolas para que le manden, regularmente, miles de euros, para apoyarla en su “lucha heroica” contra las autoridades marroquíes, como compensación de sus nobles actos en la azotea donde vive. De hecho, Ni los verdaderos militantes saharauis, ni los españoles, se dejaron engañar por esas alegaciones que suele transmitir el Polisario a sultana jayya y sus similares, hablando de  acoso sexual, inyección venenosa, violación, violencia …), con el fin de focalizar las miras hacia la violación de los derechos humanos en el Sahara Occidental y recompensar (en Dinar Argelino y en Euros) al final a la actora Sulatana Jayya por ese rol.

                            Para probar el deseo vehemente de esa mujer presentada por la cúpula corrupta del frente Polisario como “luchadora y militante”,  se revelaron, por el autor del artículo, unos documentos (encima publicados), que aprueban que Sultana es DUEÑA DE UN APARTAMENTO  EN ALICANTE, ESPAÑA, precisamente CALLE «ANGELITA RODRIGUEZ PRECIADO «, piso n° 10, B 03012 ALICANTE, donde planea, después de terminar su misión como “militante”  en Bojador,  instalarse definitivamente,  con los miembros de su familia.

                             Aquí las fotos y los documentos implicando a  Sultana en un asunto inmoral que cuestionan su presunta “lucha” por la causa saharaui :   

Después de vivir en ese apartamento, «Sultana» pudo obtener los papeles de residencia en España y también benificiar de la ayuda económica que brindan las autoridades españolas a los inmigrantes en una situación precaria, conocida como «AYUDA» … Pero la codicia de Sultana fue mayor, al defraudar a unos miembros de una asociación española solidaria con la causa saharaui, engañandolas de que alquilaba ese piso por 500 euros al mes y que por sus limitadas condiciones económicas no podía cumplir con sus obligaciones con el inquilino, por lo que el la asociación en la persona de Ángela María Carrillo Álvarez pagó las facturas del alquiler a un agente argelino, el que la manda, por su parte, a Sultana:

RECIBOS DE ALQUILER QUE PAGA LA ASOCIACION A sultana

Tarjeta de residencia que obtuvo illegalmente Sultana Jayya:

aqui el enlace del video mostrando el apartamento en cuestion: https://fb.watch/9MRzfG71Mc/

DE GUERRAS FINGIDAS Y UNIONES FICTICIAS

Nada bueno puede salir. Ese sería el final de la frase. Y es que la estrategia del Frente Polisario hace aguas por todos lados. El motivo: se les paró el calendario. Aún no se dieron cuenta de que estamos muy adentrados ya en el siglo XXI y que utilizan métodos absolutamente superados, caducos y fallidos. Es lo que ocurre cuando tienes a los mismos torpes pero insaciables dirigentes desde hace casi 50 años. De hecho, pensaron que la misma propaganda funcionaría una vez más. Porque las orejeras de esos septuagenarios obcecados con el fracaso y atascados en sus sillones les impide afrontar la realidad.

Y eso es precisamente lo que les vamos a contar. Como sólo nosotros hacemos.

Hace unos meses, estos millonarios con chaqueta de camuflaje veían cómo los apoyos a su «causa» particular caían de manera estrepitosa. A eso se unían los continuos tirones de orejas a Argelia, anfitriona de sus campamentos, por las constantes violaciones de Derechos Humanos en el territorio, destacando los casos de secuestro de Mujeres, por las que el Gobierno argelino recibió reprimenda del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en forma de llamamiento a la urgente solución de los casos. Cosas que le sacan a uno los colores en público, más cuando tratan de internacionalizar la imagen de un cambio estructural en su mecánica gubernamental.

Y es que la República Argelina Democrática y Popular ha dicho no. Recordemos que el principal objetivo de ese país al patrocinar a Ghali y compañía y sus escudos humanos siempre ha sido controlar el Sáhara Occidental de facto para tener salida al Atlántico aislando de paso al país vecino, su mayor enemigo. Y estaban convencidos que financiando a toda esa pandilla del Polisario lo lograrían. Pero hace años que ya sólo buscan la manera de quitarse el «marrón» de encima.

Denuncias. Coste excesivo. Cambio de visión por parte de los ciudadanos argelinos. Intereses económicos. Intereses geopolíticos y estratégicos… Todo eso provocó que nuestros vecinos ya hubieran comunicado al Polisario sus intenciones. Han sido al fin y al cabo demasiados años sin resultados. Asumieron que robaban, que eran traicioneros, que desviaban ayudas y se enriquecían. Incluso aceptaron que venderían a su madre por dinero o cualquier miserable cuota de poder. Pero los tiempos cambian. Ellos sí que se dieron cuenta. Y los campamentos ya no son una opción. Han tirado 46 años y no han conseguido absolutamente nada. Demasiado. Incluso entre tiranos. Y han dejado demasiados cadáveres.

Con todo ese panorama, inmersos en esa debacle, el Polisario sólo pensó en salvar sus septuagenarios traseros. Y pensó que la mejor opción sería tensar un poquito más la cuerda, estirar ese chicle y, de paso, intentar comprometer a sus partenaires.

Buscando la lógica coartada urdió su último plan genial, pero Argelia no estaba dispuesta a seguir su juego. Ya no. Así que decidieron que si no existía una guerra, había que inventarla. Auténticos trampantojos. Y ahí están los saharauis. El verdadero drama de todo el engaño. Su enorme nobleza les ha hecho ser fieles a la organización y se han creído a pies juntillas, para mantener la esperanza, toda la palabrería. La propaganda barata, las mentiras, soportando el hambre, la represión y la utilización.

En definitiva, han otorgado sin querer impunidad al tirano. No tenían otra opción.

Todo porque el Frente Polisario se inventó el concepto de unidad. Fomentó una ciega solidaridad grupal, una identidad falsa esa a la que siguen aludiendo para intentar frenar las revueltas y con la que pretenden seguir parando la disidencia.

También han vuelto los métodos del siglo pasado, de los años de plomo, para detener en seco cualquier viso de rebelión con la cárcel. Porque, además, ahora esa guerra fingida tapa todo. Y quita cualquier atisbo de libertad o de los más básicos Derechos Humanos.

Aquí los que siguen viviendo bien son los dirigentes y sus familias. Indecentemente ricos, viven en Europa sin hacer absolutamente nada. Bueno sí, entran a comentar en esta Plataforma para decir que «todo es falso» que «somos marroquíes» o «mercenarios». En definitiva, para defender lo «suyo». Seguir viviendo en España y otros países a cuerpo de Rey de las ayudas desviadas y financiaciones varias.

Una cúpula que ya está negociando una salida honrosa para todos ellos. Mantener la impunidad y todo el patrimonio reunido de la manera más cruel: usando vidas humanas. Hirmando contratos millonarios de explotación de recursos naturales.

Lo que pasa es que lo que parecía un plan genial no ha funcionado. En los tiempos de la información global y de Internet ya no pueden fingir una guerra. Es imposible. Nadie se lo cree. Los últimos que la niegan, el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Nadie les da bola. Y tienen además a su movimiento solidario, su particular división del engaño, absolutamente descolocado, espera órdenes y estrategias. Pero no llegan. Los pocos que siguen metiendo en nuestras Instituciones no hablan de ninguna guerra.

Saben que, además de ser falso, no tiene defensa. Ni justificación, porque nadie otorga subvenciones a territorios en «guerra». Tampoco puede haber cooperantes. Por eso todo se ha puesto en su contra. Una debacle que comenzó con su connivencia y complicidad en los secuestros de mujeres en los campamentos saharauis, entre ellos, al menos, dos ciudadanas españolas: Maloma Morales de Matos y Koria Badbad Hafed.

Está por saber el tiempo que el Polisario va a poder seguir conteniendo a la población. Nosotros deseamos con todas nuestras fuerzas que despierten y que vean todos los testimonios que sacamos a la luz, las pruebas de que ha sido esa organización el principal obstáculo de la independencia, porque renunció al referéndum y, con esa decisión, ha impedido cualquier solución global, pues sólo ha buscado su interés personal. Es un bluf que acaba, mientras que para los saharauis de los campamentos el tiempo acucia y se los llevará por delante, porque están solos. Y ya sufrieron mucho más de lo permisible.

Hay que afrontar los acontecimientos con valor. Sin miedo. Tomar las riendas de sus destinos, de la Justicia y acabar con la impunidad de unos cuántos antes de que el Polisario les pague con la última traición. Son capaces.

Y les podemos asegurar que tendrán todo el apoyo del mundo.

Fuente: La Libertad es su Derecho

¿DE QUÉ UNIDAD NACIONAL HABLAN?

12 de octubre de 2020. Ese día publicamos en esta Plataforma un artículo sobre “la unidad nacional saharaui”. A la vista de los comentarios surgidos en el post anterior -en el que sacamos a la luz un documento que demuestra la negativa del Frente Polisario ante el ofrecimiento de España de celebrar un referéndum-, ahora rescatamos esa publicación de octubre pasado con objeto de poner sobre el tapete más respuestas a la pregunta de qué es el “pueblo saharaui” y cuál es el origen del Frente Polisario.

De nuevo hay que profundizar en la Historia y, apoyados en documentos oficiales y en archivos de la época, aterrizamos ideas que ponen, otra vez, en entredicho el argumentario de la “causa saharaui”. Muchas personas han sufrido ya y son demasiadas las que continúan sufriendo por un ideario basado en la falsedad y el engaño de unos jóvenes ambiciosos que se convirtieron en avariciosos, egoístas y mentirosos compulsivos, al amparo de un manto que ya no se sostiene. La dictadura llega a su fin y la población de los campamentos, si reacciona, puede alcanzar la ansiada libertad, primero individual y después, la colectiva. Quitarse la venda de los ojos es ahora una urgencia y una necesidad. ¿De qué “unidad nacional” hablan

UNIDAD NACIONAL POR IMPOSICIÓN
Hoy el Frente Polisario, su estructura y lo que queda de su movimiento «solidario» celebran el 45º aniversario de la “Unidad Nacional”, en el momento de su historia más caótico, cuando su deslegitimación como representante único del pueblo saharaui se ha puesto abiertamente en cuestión y los escándalos por las denuncias sobre violaciones de Derechos Humanos en los campamentos de Tinduf (Argelia) y la demostrada corrupción en su cúpula mantienen entre las cuerdas a unos dirigentes eternizados en el poder. ¿Hablamos de “unidad nacional” o de imposición dictatorial?

Alien Habib Kentawi, ex delegado del Frente Polisario en Suecia y actual “Embajador para África”, escribe hoy un artículo en el que aborda -quizá a modo de recordatorio para algunos- el discurso oficialista del Frente Polisario en su estatuto fundacional y el tema más espinoso, la eliminación de las tribus. Habla de las sociedades beduinas de 1975 y afirma que “una vez superada la fase de atomización y la adquisición de la conciencia de que la unión incrementa la fuerza de una manera exponencial, se dejó atrás el estado de “alasabía” (lealtad extrema a la propia tribu y rechazo del otro) y la dispersión crónica se transforma en cohesión, dando comienzo al avance imparable hacia estructuras superiores de organización y la gestación de estados”.

Se aprovecha Kentawi del desconocimiento generalizado sobre la importancia del origen tribal en los pueblos del Gran Desierto del Sahara, al tiempo que pretende modelar la Historia dejando a un lado, como siempre, hechos que nunca han querido sacar a la luz. ¿Cómo puede escribir que “los almorávides en el desierto del Sahara Occidental y Mauritania, entre los siglos XI y XII concluyeron que unidos serán invencibles” y que “crearon el imperio que se extendía de Mali a la Península Ibérica”? ¿Sahara Occidental en el siglo XI? ¡Por favor, Sr. Kentawi, sea al menos serio!

Después de cuatro años y cuatro meses intentando entender la procedencia de esas “tradiciones y culturas” que permiten el secuestro de mujeres en los campamentos, en este colectivo hemos logrado llegar a conocer en profundidad la raíz del problema y, sobre todo, las razones por las que la solución al conflicto político del Sahara Occidental se aleja cada vez más. Por eso, como punto de partida para entender las barrabasadas que está escribiendo el señor Kentawi, hay que situarse en el Sahara Español mucho antes de 1975. Porque es un territorio en litigio desde que, en 1956, la pérdida del protectorado marroquí llevó al Gobierno español a mirar a su colonia sahariana, que declaró provincia en 1958 mediante decreto, ratificado dos años más tarde.

Partimos de la base de que absolutamente todo en esta causa está levantado desde el propio engaño, sustentado sobre el adoctrinamiento y con una manipulación que oculta hechos por el simple hecho de que, dejando a un lado intereses geoestratégicos de unos y otros, en un hipotético referéndum de autodeterminación, los propios líderes del Frente Polisario no podrían votar. Y eso, no se debe saber.

Nadie pone en duda que España no lo hizo bien. Pero desde el inicio. Porque hay que tener en cuenta que el modelo colonial español era de carácter militar, hecho que implicó un distanciamiento con la población nativa y un discurso paternalista en su administración en el Sahara. Se obvió que se trataba de sociedades de composición tribal, conformadas por tribus de carácter nómada, pastoril, trashumantes, que se expresan en un dialecto local variado (hassania) y regidas por conceptos de la Charía Islámica, siempre basadas en la asabiya (lazos de sangre) como identidad y pertenencia, por lo que -hasta el día de hoy- se conocen e identifican entre sí por el linaje, no por la pertenencia territorial.

Para cada individuo lo más importante son sus raíces tribales y el sentimiento de pertenencia a grupos que en sí mismos e individualmente configuran los rasgos y las características distintivas de cada uno de ellos, con culturas diferenciadas, que coexisten en una vasta extensión que comprende territorios de Mauritania, Sahara Occidental, Marruecos, Argelia y Mali.

A los beduinos no se les conoce el apego por la tierra, pero sí por el espacio como medio para subsistir con pastos para sus animales, pues según las directrices del Corán, el agua y las hierbas no pueden ser propiedad de nadie, excepto las trabajadas por las personas. Por lo tanto, no se constituían como pueblo propiamente dicho, sino que eran tribus fraccionadas de nómadas arabo-bereberes, que se trasladan de un sitio a otro, sin un gobierno que las englobase, que se vieron duramente afectadas por el trazado arbitrario de las fronteras coloniales, que dividieron a las tribus del Gran Desierto del Sahara entre varios países pintados en líneas rectas, sin dimensionar la importancia del conocimiento y el entendimiento esas culturas y modos de vida de las tribus.

Ahí la primera gran mentira. La unidad nacional… Verán ustedes. El Frente Polisario se creó oficialmente el 20 de mayo de 1973, si bien su Congreso Fundacional tuvo lugar en El Zouerat (Mauritania) el 28 de abril de 1973. Se retrasó el anuncio de su creación por razones de estrategia y preparación de la primera acción armada contra intereses españoles a efectos mediáticos (ataque al destacamento español que vigilaba el pozo Janquet Quesat, al norte de Echdeira el 20 de mayo de 1973).

El Polisario era un movimiento armado, formado por personas de diferentes países, procedencias y niveles, unidos sólo por lazos tribales, pero no jurídicos. Fue el resultado de la unión de cuatro tendencias nacionalistas de distintas procedencias: El primero, de Tan Tan (Marruecos); el segundo de El Aaiún y Smara (del entonces Sahara Español); el tercero de El Zouerat (Mauritania) y el cuarto, de Tinduf (Argelia), por lo que no tardan mucho en surgir conflictos internos en su seno, principalmente por contradicciones de índole ideológica y de sus respectivas pretensiones, tanto políticas como de representación.

Los principios fundacionales del Frente Polisario exigían la retirada total de las Fuerzas Armadas españolas, la vuelta de “los refugiados” (¿en 1973?), el cambio de la administración del “país” con la incorporación de saharauis y la organización de un referéndum bajo el auspicio de Naciones Unidas. Surgió así la repentina aparición del concepto “pueblo saharaui” sobre la base del proyecto revolucionario promovido por El Uali Mustafa El Sayed, que pretendía construir una nueva sociedad en la que las lealtades tribales fueran reemplazadas por la confraternización y la unidad nacional, por lo que eliminó el carácter tribal, si bien mantuvo la tradición a nivel institucional y social.

Pero lo más importante es que este grupo de mandatarios -que conforman hasta hoy la cúpula del Frente Polisario- discriminó a 30.000 saharauis originarios del territorio y, sin diferenciarlos de los demás españoles, fueron considerados “enemigos del proceso” y, por tanto, objeto de persecución política. Segunda mentira… Nadie le otorgó al Frente Polisario legitimidad alguna para representar a un pueblo que no existía como tal, más aún, que excluía a personas del mismo origen tribal, sólo por el hecho de portar DNI español.

Toda esa ideología política del Frente Polisario se apoya en claves de pensamiento que se inculcan a la población y son de obligada memorización. Una filosofía creada para anclar la organización armada y convertirla en autoridad político-militar, dirigida por un comité ejecutivo de corte comunista e integrista, que mantiene desde el primer día a los mismos dirigentes y que se otorga la potestad de la representatividad absoluta y «legítima» del pueblo saharaui, cuya pertenencia a la organización es obligada, y también se atribuye la facultad de borrar de sus filas a todo aquel que sea disidente con sus políticas. ¿De qué “unidad nacional” hablamos si es impuesta?

Nos llamó la atención que el acta fundacional del Frente Polisario, en 1973 hablara de “refugiados en Tinfuf”, cuando aún faltaban más de dos años para el inicio de la guerra. No hay más que tirar de hemeroteca y los documentos oficiales esclarecen las dudas y exponen la realidad. Y resulta que, cuando España cumplió con su trámite ante Naciones Unidas y entregó el territorio en febrero de 1976, el Frente Polisario autoproclamó la RASD y ya contaba con un conglomerado paralelo, creado, articulado y dirigido por Argelia en los campamentos de Tinduf, con una población de 42.000 personas, de las cuales sólo 18.000 provenían del Sahara Español y el resto eran argelinos y mauritanos, principalmente.

Esto se produce por maniobra estratégica argelina de concentración de las dos grandes confederaciones de la tribu Rguibat (Sahel y Charg-Tinduf y alrededores), con la intención de la creación del Gran estado Rguibat, en contraposición a las aspiraciones marroquíes y su Gran Marruecos.

De hecho, siete años antes de la creación del Frente Polisario, el Embajador de España en Argel, el 17 de mayo de 1967, en una carta dirigida al Ministerio de Asuntos Exteriores español, alertaba sobre esa acción que llevaba a cabo Argelia, “para atraer a las dos grandes confederaciones de la tribu mayoritaria Rguibat hacia la región de Tinduf, al sur del territorio argelino, olvidando que el territorio Rio de Oro y Sakia El Hamra es el corazón de la gran familia Rguibat”. El Embajador avisaba de que “en el Sahara Español se concentran cerca de 35.000 habitantes nómadas Rguibats, mientras que los afincados sedentarios en Tinduf quedaron relegados, siendo más bien elementos marginales y degenerados” y, en este sentido, aconsejaba a España la realización de “un estudio a fondo sobre esta cuestión y todas sus implicaciones, pues en la carrera iniciada por marroquíes Rguibat (apuntando a la iniciativa que se encaminaba a la creación del Frente Polisario) los argelinos no se quedarán atrás” y avisa sobre el riesgo de la “argelinización de los nómadas”.

El Frente Polisario nació como “movimiento de liberación” liderado por marroquíes y argelinos, y, meses después, se autoproclamó Estado, generando una dicotomía entre RASD y “campamentos de refugiados” que ha sido la base sobre la que se ha sustentado el negocio de todo un conflicto político que se apoya en una mera farsa, auspiciada, financiada y sostenida por Argelia, Libia y Sudáfrica, principalmente, si bien el papel de España en el mantenimiento de la estructura y del doble discurso ha sido fundamental, otorgando indistintamente ayuda humanitaria para “refugiados” no adscritos al Estatuto del Refugiado y fondos de cooperación al desarrollo y consolidación de un Estado inexistente que ni siquiera reconoce.

En definitiva, se trata de una compleja situación donde se maneja una población originaria de cuatro países, al menos, aunque con una raíz tribal común, que no concuerda con el espacio geográfico en disputa. ¿De qué “unidad nacional” hablan?

Fuente: La Libertad es su Derecho

Marruecos acusa al Polisario de aportar militantes al Estado Islámico en el Sahel

El jefe de la Brigada Central de Investigación Judicial (BCIJ) de Marruecos, Habboub Cherkaoui, en una entrevista concedida al semanario Al Ayyam, vincula a antiguos elementos del Frente Polisario con el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS), la franquicia de Isis para el Sahel. Las declaraciones se producen en un momento en que los saharauis han declarado la guerra al país magrebí, pero en medios antiterroristas españoles, consultados por LA RAZÓN, se admite que elementos polisarios, en una cifra que se desconoce, se han unido al yihadismo ante la falta de perspectivas de futuro.

En concreto, Cherkaoui cita al cabecilla del EIGS, Adnane Abou Walid Al-Sahraoui, nacido en el antiguo Sáhara Español, en su capital, El Aioun. Fue miembro de la banda yihadista Al-Mourabitoune, pero después juró lealtad al Estado Islámico. Otros miembros del Frente Polisario dieron, según la misma fuentes, el mismo paso.

El jefe del BCIJ se refiere a los ataques perpetrados, entre 2016 y 2020, contra los puestos de los ejércitos locales de Mali, Níger y Burkina-Faso e internacionales. Los múltiples atentados perpetrados por este movimiento terrorista, “cuyos vínculos con el Polisario son indiscutibles”, muestran el grado de peligro que presenta para toda la región. Es decir, los campamentos de Tinduf han constituido en los últimos años un terreno fértil para el estallido de movimientos terroristas, agrega.

Los campos se consideran principalmente como una reserva para el reclutamiento de yihadistas para las diversas organizaciones terroristas activas en esta área, desde los días del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, que luego se convirtió en Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). “Hoy en día, varias organizaciones afiliadas a Daesh se proveen de candidatos terroristas y carne de cañón en estos campos con la bendición y complicidad de la dirección del Polisario. Esta complicidad entre el Polisario y las organizaciones terroristas también se ha demostrado en el curso de las investigaciones llevadas a cabo por los servicios antiterroristas marroquíes y el sucesivo desmantelamiento de células terroristas, informa el portal Le360.

En agosto de 2008, fue desmantelada la célula Fath Al Andalous, un pequeño grupo terrorista que había planeado atentados en varias ciudades de Marruecos y contra miembros del Minurso (misión internacional de la ONU). Se comprobó que sus miembros tenían vínculos probados con el Polisario. Incluso coordinaron estos ataques con el Frente.

En 2009, fue desarticulada Al-Mourabitoune Al-Joudoud (los Nuevos Almorávides), una célula cuyos miembros fueron detenidos en El Aioun y Agadir en particular. Sus miembros querían instaurar el Califato en el Sáhara, y los servicios de seguridad encontraron en su poder grabaciones que demostraban sus vínculos con el Polisario.

El “Frente Jihadista Saharaui”, desmantelado un año después, confirmó, continua la misma publicación, la realidad de las conexiones entre separatistas y el terrorismo trans regional. Entre otras operaciones que sus miembros habían planeado, figuraba la destrucción de la línea ferroviaria que une las minas de Boukraâ con el puerto de El Aioun.

Unos años más tarde, en 2015, la célula que se autodenominaba “Los soldados del Califato en Marruecos, wilaya de El Aioun, había planeado montar un campo de entrenamiento alrededor de la ciudad y proclamar, más tarde, el Califato Islámico de Daesh. Los integrantes de esta célula estaban estrechamente vinculados con miembros del Polisario.

Fuente; https://www.larazon.es/internacional/20210206/7duk4yno2nh4zklc3mp6obyksi.html

MILITARES ARGELINOS QUEMAN VIVOS A DOS JÓVENES SAHARAUIS CERCA DEL CAMPAMENTO DE DAJLA Y EL POLISARIO CALLA

LAS DOS VICTIMAS ASESINADAS POR LOS MILITARES ARGELINOS

Se buscaban la vida y hallaron la muerte más terrorífica. Dos jóvenes de origen saharaui, Maha Hamdi Essoelm y Ali Idrissi, nacidos en la wilaya de El Aaiún en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), eran buscadores de oro en una zona minera argelina muy cercana al campamento de Dajla, el más alejado de los cinco que componen el conglomerado dirigido por el Frente Polisario desde su sede en Rabuni.

Maha y Ali estaban en el interior de una mina al sur de Argelia, en la frontera con Mauritania, a 60 km al suroeste del campamento de Dajla. Extraían oro para sobrevivir cuando fueron sorprendidos por una patrulla militar argelina. Les pidieron que salieran y se identificaran, pero los dos jóvenes, por miedo, se escondieron en una veta de la mina.

A partir de ahí hay divergencias entre las versiones publicadas sobre las circunstancias exactas que derivan en la salvaje y cruel muerte de los dos jóvenes. Hay quien asegura que les intimidaron con ráfagas de disparos, pero también quien afirma que los militares tenían orden de quemar la mina. Sea cual fuera la situación, el hecho fehaciente es que los soldados prendieron fuego a la boca de la veta, asfixiando y quemando vivos a Maha y Ali.

Es más horroroso aún comprobar cómo hubo quien grabó con su teléfono a los dos jóvenes ardiendo en el interior de la mina, en la que aseguran es una muerte extremadamente dolorosa.

Pero lo peor es que no hay reacción por parte del Frente Polisario. No es la primera vez que ocurre. Hay quien nos asegura desde los campamentos que «un tiro en esa zona es tan habitual como tomarse un café», pero los dirigentes del Frente Polisario jamás reclaman a la Mamma Grande, Argelia. Ahora será cuando acudan a Rabuni varios uniformados argelinos, llenos de medallas y complementos grandilocuentes, a pedir perdón a la cúpula del Polisario por el «desgraciado accidente» y ahí se acabó el cuento para todos ellos.

Pero saben bien, tanto las autoridades argelinas como los dirigentes del Polisario, que la población está enfebrecida de rabia e impotencia y que no es fácil seguir pidiendo que les rindan pleitesia. Por eso, el ejército argelino ha rodeado los campamentos saharauis de Tinduf para impedir cualquier conato de manifestación de repulsa por la brutal muerte de Maha y Ali. Igual que el Frente Polisario correrá tupidos velos y, con Maha y Ali, no habrá justicia, ni duelos públicos, ni protesta alguna, porque el miedo a las represalias mantiene encorsetada a la población de los campamentos.

Nos preguntamos qué harán las tribus que tanto protegen a los suyos. Qué harán sus familias sin ellos, con el peso del dolor de unas pérdidas tan salvajes. Y, más aún, a qué espera la población para romper las cadenas y liberarse de quienes se supone que deben protegerles, aunque se pliegan en reverencias ante la Argelia salvadora que les asesina impunemente.

Desde la más profunda indignación ante hechos de absoluta barbarie como este que al Frente Polisario le resultan ajenos, esta Plataforma expresa sus profundas y sinceras condolencias a las familias de ambos jóvenes. Descansen en paz

Fuente: La Libertad es su Derecho

NOTICIA DE ALCANCEESTAMPIDA EN LOS CAMPAMENTOS

Kilométrica cola de vehículos cargados hasta los topes de toda una vida para dejarla atrás. Los saharauis huyen de los campamentos despavoridos. Huyen del sufrimiento, de la muerte. Se van al desierto, donde la inexistencia de concentraciones de población pueden ser la mejor protección contra el COVID.Horas y horas de larga espera bajo un sol implacable, sólo por salir, traspasar los férreos controles argelinos y escapar del hastio, de la falta de soluciones, del engaño, del hambre y la sed. Triste final si su decisión (forzada) es decir BASTA YA. Y mientras, el Polisario organizando la EUCOCO en Las Palmas, que despilfarra dinero y verborrea para nada, ajenos a la realidad en los campamentos. Ojalá alguien reaccione con cordura. Esto es demoledor para quienes han pasado 47 años de sus vidas de «resistencia». Sin palabras.

Fuente: La Libertad es su Derecho

EN HOSPITALES COMPLETAMENTE VACÍOS, ¿QUÉ OPCIONES TIENEN?

Poco hay que añadir a las imágenes. 12 millones de dólares donados (difundido oficialmente por los donantes), toneladas de equipamiento médico-farmacéutico, inversiones en formación de médicos y personal sanitario, según Jira Bulahi… ¿Puede la «ministra» de Salud Pública explicar o la «Media Luna Roja Saharaui» a dónde han ido a parar? ¿Y los médicos? ¿Y los pacientes….?Y somos nosotros los que «mentimos»… Cuando denuncian con vídeo incluido cómo el Polisario ha puesto candado en elHospital Nacional de Rabuni, sede administrativa de los campamentos saharauis de Tinduf. Sin miramientos, el Polisario les está condenando a morir..

EN LOS CAMPAMENTOS SAHARAUIS EL SILENCIO SE IMPLANTA Y EL COVID-19, MATA

Llegan gritos desesperados de una población indefensa ante una pandemia que también está haciendo estragos en los campamentos saharauis de Tinduf. No pueden más. Desde que estalló la crisis sanitaria en el mundo entero y ya con Argelia en estado de alarma, confinamiento y fronteras cerradas a cal y canto, el Frente Polisario defendía que en los campamentos estaban libres de COVID-19. “Ni un solo caso de contagio registrado”, decía la “ministra” de Salud Pública, Jira Bulahi, al tiempo que hacía llamamientos internacionales y pedía insistentemente financiación para adoptar medidas de prevención.

Millones de euros recaudados que se han volatilizado, mientras los dirigentes del Frente Polisario y su movimiento solidario se permitían mentir descaradamente no sólo a los donantes -que ya es grave-, sino a los beneficiarios, a la población saharaui que se mantenía por obligación en sus jaimas sin salir ni contacto alguno. Además, se han dedicado a desviar la atención, enredando con su política rancia de exigencias tardías de responsabilidades por la desaparición de uno de sus cabecillas en 1975. Cortinas de humo para disipar la nube de tragedia anunciada que se cernía sobre los campamentos.

Pero ya saltó la verdad. El director del hospital de Smara grabó un vídeo alertando de los elevados niveles de afectación de la pandemia en los campamentos y la falta absoluta de medios para detener su propagación y para paliar los efectos de la enfermedad en pacientes. Ni un miserable paracetamol. Ni equipos de protección individual. Ni equipamiento médico, ni medicamentos.

Por no haber, no hay ni ministra de Salud Pública dando la cara, reconociendo su mentira, pidiendo disculpas a la población saharaui y a los donantes por ocultar una información que está costando vidas humanas diariamente y que mata de preocupación a las familias de acogida españolas y que, sobre todo, han llenado las cuentas corrientes de los dirigentes del Polisario, que veranean tan tranquilos y escondidos, mientras su gente muere. Muere medio centenar al día, según denuncia otro médico en un audio difundido en árabe a través de WhatsApp. ¿Dónde está Jira Bulahi? ¿Dónde están los datos de contagios, fallecimientos e ingresos de personas afectadas por el Coronavirus en los campamentos? ¿Qué hace el delegado del Frente Polisario en España, Abdullah Arabi, dando ruedas de prensa a las que no va nadie para decir que “España tiene que asumir sus responsabilidades”? ¿Y cuándo toca que el Frente Polisario asuma las suyas de una vez, señor Arabi? Tenga usted un poco de decencia y acuérdese de lo que pasa cuando se escupe hacia arriba.

En los campamentos la gente muere. Y no es una “gripe estacional”, no nos tomen a todos por idiotas. La muerte es una tragedia y más, cuando era perfectamente evitable. Que no son ni ocho ni nueve los contagiados, ni dos o tres los ingresados “sospechosos” de tener Coronavirus. Que son miles de personas hacinadas y enfermas, con fiebre, dificultades respiratorias, sin agua, sin comida, sin medicamentos, sin opción alguna de protegerse de la voracidad del virus.

Pero a los dirigentes del Frente Polisario les ha dado igual, ellos llevan 50 años estando siempre por encima del bien y del mal. Los muertos se llevan al desierto y no ha pasado nada, como siempre. Pero a nosotros, a los miembros de esta Plataforma, nos llegan mensajes desesperados de nuestras hijas de acogida, ya mayores de edad, avisando de la situación, despidiéndose. ¡¡Despidiéndose, señores y señoras!! La impotencia nos consume y, mientras, el movimiento solidario aquí pidiendo ahora más fondos, más dinero, más aplausos. Cárcel merecen. Y perdonen, pero es que hay cosas y cosas que uno puede llegar a aguantar, pero cuando una joven de 20 años, secuestrada por su familia biológica te llama llorando y rogando que Allah les ayude, porque mueren cada día y nadie dice ni hace nada, la sangre se nos pone a hervir y las preguntas surgen solas por miles.

¿Dónde se han metido los dirigentes del Polisario? ¿Y los mandamases de las asociaciones, que hasta hace unos pocos días festejaban y difundían su exitoso programa de Vacaciones en Paz alternativo, desarrollado sin medida alguna de protección ni para adultos ni para niños? ¿Dónde están los que han mentido al pueblo saharaui organizando un multitudinario “funeral de Estado” en Smara con cuerpo presente, todo falso de principio a fin, de un “mártir” fallecido en un hospital de Madrid el momento más álgido de la pandemia? Y, más aún, ¿dónde están esos políticos que firman cheques de 400.000€ en Asturias, 300.000 en Navarra, 150.000 en Canarias y así para “el pueblo saharaui”, importes que no llegan a su destino y que nadie controla? Venga ya, que esto no es de recibo. Que ahora tengan la poca vergüenza de decir que las muertes por COVID-19 en los campamentos son “tan mentira” como la situación de las mujeres secuestradas, que “esas cosas no pasan allí”.

Ellas temen por sus vidas, las de sus familias, sus hijos, PORQUE LA ENFERMEDAD ESTÁ EXPANDIDA EN LOS CAMPAMENTOS SIN CONTROL. No tienen nada para echarse a la boca y, encima, no hay agua. Ahora es el momento de dar la cara y ofrecer respuestas, para que se pueda ayudar de verdad a una población que va a desaparecer en silencio, ante la pasividad absoluta de unos dirigentes del Frente Polisario que sí se convierten así en genocidas de su propio pueblo, por ocultar la realidad, por ponerles en riesgo, por no dotar a la población de información, conciencia y equipos donados específicamente para ese fin, por no destinar el dinero a la compra en Argelia de medicamentos y EPIs. Por su dejadez, por su pasividad. Por todo eso, que salgan los delegados, ministros y demás parientes acomodados en España, junto con el movimiento solidario, a dar la cara de una vez por todas. La verdad ya salió. Ellos se han escondido más.

Fuente: La Libertad es su Derecho

¿ZASCA O JAQUE MATE?

Hasta ahora, sólo dos veces hemos visto contundencia del Gobierno español ante las maniobras orquestales del Frente Polisario, todas dirigidas a lo mismo, seguir obteniendo fondos de cooperación y ayuda humanitaria para impulsar, potenciar y sostener su poder hegemónico y dictatorial que viola Derechos Humanos en los campamentos saharauis de Tinduf, en Argelia. La primera vez fue Felipe González, que expulsó de España al entonces máximo responsable del Frente Polisario en nuestro país, Ahmed Bujari. Era 1985 y la decisión respondía a los ataques terroristas contra pescadores canarios perpetrados por quienes aún hoy ostentan altos cargos en la cúpula del Polisario.

La segunda, en abril de 2016. Esta vez fue José Manuel García-Margallo, ex ministro de Asuntos Exteriores, que reconoció públicamente el secuestro de la joven española Maloma Morales de Matos, entonces de 23 años, y comparó su situación con la de los tres periodistas españoles secuestrados en Siria. Su impactante declaración impulsó una intervención militar del ejército del Frente Polisario, que la liberó en pleno desierto, donde permanecía en contra de su voluntad con sus hermanos y otros familiares parapetados y armados.

Maloma creyó en su libertad sólo unas horas, lo justo para llegar a los campamentos y que el Polisario se encontrara una rebelión con rehenes, crisis que se solucionó entregando a la joven a la tribu y liberando sin cargos a sus hermanos secuestradores.

En 2017, al cumplirse dos años del secuestro, las familias de los casos públicos que defiende este colectivo ciudadano pidieron ayuda al Senado. En una larga reunión con el entonces presidente, Pio García Escudero, la portavoz del colectivo expuso la situación de violencia extrema que sufren cientos de mujeres en los campamentos y que hacen responsables a las autoridades del Frente Polisario y al Gobierno de Argelia, país anfitrión de los campamentos. Aquel día, estaba presente el padre de Mahyuba Mohamed Hamdidaf, otra española que vivió el mismo calvario y pudo escapar gracias a la contundencia del Gobierno Valenciano, que cortó las ayudas al Frente Polisario y al Sahara.

Pues hoy ha sido el Senado quien ha respondido con esa misma contundencia a una pregunta escrita del Grupo Mixto al Gobierno en relación al Sahara y a la postura española al respecto de la «ocupación» y al «expolio de recursos naturales» por la aplicación del Acuerdo de Pesca UE- Marruecos que va, según los senadores firmantes, «en detrimento de la autodeterminación económica del pueblo saharaui».

El Gobierno ha sido tajante. «España se considera desligada de toda responsabilidad de carácter internacional con relación a la administración del Sahara Occidental desde la carta enviada el 26-2-1976, por el Representante Permanente de España ante Naciones Unidas al Secretario General de la ONU. En ésta se informa de que «el Gobierno español,con fecha de hoy, da por terminada definitivamente su presencia en el territorio y estima necesario dejar constancia de que cesó su participación en la administración temporal que se estableció para el mismo». «Desde esa fecha, España no figura como potencia administradora en la lista de Territorios No Autónomos de Naciones Unidas, ni en los informes anuales del Secretario General de la ONU sobre el Sahara Occidental, ni en ninguna de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que conoce y hace seguimiento de dicha cuestión».

Está claro. Las cartas y reuniones oficiales, la sensibilización social y las denuncias internacionales interpuestas por las violaciones de Derechos Humanos sirven y, poco a poco, han contribuido a la apertura de mentes que despiertan atónitos al empotrarse de frente con la realidad de una gigantesca mentira, qye lleva 47 años violando leyes y derechos impunemente.

Un zasca del Senado que no esperaban ni el Polisario ni sus acólitos, pero que puede ser un jaque mate al llegar justo en un momento crítico para ellos, que enfrentan acusaciones de desvio de ayuda humanitaria, constantes protestas civiles, una nefasta gestión de la crisis del COVID y a la «desaparición» de la cúpula del Polisario, que no da la cara ni ahora que la población está más indefensa, si cabe.

Sin niños, sin banderas y con el cuento desarmado… ¿Empieza la cuenta atrás para el Polisario y para el fin del calvario de las mujeres secuestradas en los campamentos saharauis de Tinduf? Ojalá.

La Libertad es su Derecho