POR SALEK MOHAMED:
Dice el refranero español que «más vale paso que dure que trote que canse». El Frente Polisario ha pasado las últimas tres semanas vistiendo la camiseta de la «alianza morada», la coalición política formada por los partidos de Pablo Iglesias (Podemos) y Alberto Garzón (Izquierda Unida) en «Unidos Podemos». Una alianza desde la que se alimentaron altas expectativas, no sólo convencidos de que se posicionarían como segunda fuerza política -adelantando al Partido Socialista (PSOE)-, sino que apuntaba a un empate técnico con el Partido Popular (PP). Una victoria que, con un gran pacto de izquierda incorporando al PSOE, garantizaba un supuesto Gobierno en mayoría al que nuestros dirigentes se arrimaron, porque este hipotético cambio del panorama político español hacía presagiar un triunfo «seguro» para las aspiraciones de independencia del pueblo saharaui.El rotundo fracaso de «Unidos Podemos», que ha obtenido sólo 71 escaños, exactamente el mismo resultado que consiguieron por separado las dos fuerzas políticas en las elecciones del 20 de diciembre, hunde de nuevo las ilusiones saharauis, por la torpeza del Frente Polisario, que apostó por subirse en marcha al tren de los «ganadores» en lugar de asegurar el paso yposicionar las aspiraciones saharauis en el proyecto político de todos los partidos, para que, ganase quien ganase, nuestras reivindicaciones fueran atendidas.
Durante las tres semanas de campaña electoral, la Dirección ha impulsado una maniobra política en favor de «Unidos Podemos», con el convencimiento de que esa victoria electoral conllevaría la conquista de un automático reconocimiento de la RASD y, consecuentemente, un abierto posicionamiento gubernamental español hacia la independencia. Así, el Frente Polisario, a través de las delegaciones en España y del movimiento solidario, ha defendido una campaña con el eslogan «26-J: Por un cambio real en la política española para el Sahara Occidental», promovida en las redes sociales y en los actos de recaudación de fondos para «Vacaciones en Paz», bajo la premisa de que Izquierda Unida (IU) tradicionalmente ha apoyado al pueblo saharaui, como partido que es consciente del sentir del pueblo español, que exige que España asuma su responsabilidad política y moral con el pueblo saharaui, tras haber abandonado a su provincia número 53 en manos del ocupante marroquí. «Unidos Podemos» hizo promesas electorales que no iba a poder cumplir y el Frente Polisario nos ha hecho creer que era un hecho más que una posibilidad de futuro incierto.
Olvidó mencionar la Dirección que IU es un partido en decadencia y que sufrió el mayor descalabro de su historia en las elecciones de 2015, al perder 9 de sus 11 escaños, pasando a ser una fuerza sin apenas representatividad parlamentaria.Les valió para continuar alimentando las esperanzas saharauis la reiterada difusión de una fotografía que se tomó Alberto Garzón con el fallecido Presidente Mohamed Abdelaziz en la emblemática puerta del Congreso de los Diputados, durante la visita a Madrid con motivo de la celebración de la EUCOCO (noviembre 2015).También los dirigentes saharauis pasaron por alto que «Podemos» sólo es una fuerza emergente, al que le ha pasado su factura su inexperiencia política y su extrema ambición de poder. El Frente Polisarioha permitido otra vez la mera utilización del sufrimiento saharaui para que la izquierda española contara con un puñado de votos más a favor, sin haber sido capaz de reaccionar ante los indicios que hacían presagiar el rotundo fracaso de la alianza morada, ni haber medido las consecuencias que tendría para la causa saharaui.
En definitiva, la nueva victoria de Mariano Rajoy, que alcanza los 135 escaños, augura un potencial pacto con el Partido Socialista (85 escaños) como única opción que permite actualmente alcanzar los 176 escaños necesarios para formar un Gobierno. Mientras, el Frente Polisarioha dejado escapar la oportunidad de posicionar la causa ante las dos grandes fuerzas parlamentarias españolas y se hunde de nuevo con las aspiraciones del pueblo entre sus manos. Ahora, a las puertas del Congreso Extraordinario del Frente Polisario, seguro que no les pasará factura política el llevar a la deriva a nuestro pueblo. ¿Tenemos lo que nos merecemos?