Llegó el momento. Los saharauis de los campamentos de Tinduf y los de la diáspora se han levantado. Quieren superar su síndrome de Estocolmo. Ha costado una barbaridad. Y desde aquí les damos todo nuestro apoyo. Y les decimos que van en la dirección correcta.
Lo negativo es que no van a tener el apoyo del mal llamado movimiento solidario o «amigos» del Pueblo Saharaui. Y no lo tendrán porque esas asociaciones están al servicio del Frente Polisario. Es un muro de contención. Una trinchera de las miserias de la Organización que dirige los destinos de esos abnegados saharauis desde hace demasiado tiempo. Asociaciones que, de manera consciente, tapan desvíos de ayuda humanitaria, ocultan esas subvenciones (de carácter no humanitario) y esos proyectos de cooperación que se pierden en los bolsillos de los dirigentes del Polisario.
Hace unos días hemos presenciado cómo han tomado el control de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, CEAS-Sahara. En su último plenario, la representante del Polisario en España, Jira Bulahi, agradeció al movimiento solidario sus servicios (impagables, por cierto). Un servicio que les está haciendo de oro. Y Pepe Taboada, que está de adorno, les pedía más movilización. Que falta pasta, por lo visto.
Y es que los secuestros de Mujeres en los campamentos saharauis, entre ellas dos ciudadanas españolas y sus hijos nacidos durante su cautiverio, han llegado a la opinión pública. Y las responsabilidades de cada uno. Y, de manera lógica, hay Ayuntamientos y Comunidades autónomas de este país que les han dicho no. No con Mujeres secuestradas en el territorio de actuación. No permitiendo esas violaciones de Derechos humanos. No permitiendo el maltrato y las vejaciones. La violencia. No a Proyectos de Cooperación irregulares. No a subvenciones que no llegan debido a una corrupción generalizada.
Eso es lo que pedimos a nuestros representantes políticos recién elegidos las urnas: Defender y proteger a las ciudadanas secuestradas en los campamentos saharauis y actuar en consecuencia respecto a los cómplices y conniventes. Les pedimos que no perciban un euro del erario público hasta que ellas no estén sanas y salvas en territorio español, con sus hijos, libres para ejercer sus derechos con garantías. Que no se financien violaciones de Derechos Humanos escondidas en Proyectos de Cooperación y subvenciones y que investiguen esa trama corrupta, se fiscalice a los delegados del Polisario en nuestro país.
En su inmensa torpeza, el Polisario y el movimiento solidario optaron por la complicidad. Ese silencio mafioso y vergonzante que está condenando a estas Mujeres a la violencia. Al maltrato. A terribles vejaciones. Todo con su beneplácito. No olvidemos que si esas «asociaciones de amistad con el Pueblo Saharaui» pidieran su Libertad, ellas estarían aquí mañana mismo, libres para decidir sin coacciones. Si se plantaran. Si tuvieran algo de humanidad. Y de vergüenza.
Ahí siguen piando familias de acogida para el Programa político del Frente Polisario, Vacaciones en Paz. Unas familias adoctrinadas. Armas de propaganda de esa Organización junto a los menores que pretenden que vengan este verano. Ahora incluso las relegan a simples «guardas temporales», porque la acogida supone tutela y la posee el Polisario. Estamos esperando ver si presentan toda la documentación necesaria para realizar el Programa. Si los niños vienen con sus pasaportes individuales tal como marca la Ley. Si los Delegados del Gobierno en cada Comunidad autónoma harán la vista gorda, atentando contra los derechos y la protección de los menores de origen saharaui. Si los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado cumplirán con celo con sus funciones para hacer cumplir la Ley. Si los centros de Protección del Menor no darán su aprobación cuando falte documentación. O informes. O familias. Esperamos explicaciones de las asociaciones respecto al precio de los vuelos de VEP. Sobre por qué piden a nuestras Instituciones subvenciones por el doble de lo que cuesta realmente el pasaje de avión de cada menor. Acerca de por qué se reciben las subvenciones para VEP, pero el avión no se paga.
Por todo eso. Por el mangoneo generalizado. Por ver que esa «causa» no es la suya, sino que es el medio de vida de unos cuantos. Que harán todo y dejarán todo pasar con tal de seguir llenándose los bolsillos. Y si hay que tapar, se tapa. Si hay que ocultar secuestros, pues se ocultan y amparan. Si hay que silenciar vejaciones, maltrato y violencia hacia la Mujer en los campamentos saharauis de Tinduf, pues se hace.
Unos saharauis en los campamentos que sufren esa corrupción. Los niños mueren de hambre. Está prohibido el derecho de circulación. Todo gira en torno a una mafia que controla el transporte. El contrabando.
Dar una vuelta por los perfiles de Facebook del circuito general donde se mueve la «causa» saharaui revela que se ha roto el silencio. La gota que ha rebasado el límite de su capacidad de aguante, tras el vergonzante video del regalo de 25.000€ del delegado de Navarra a su esposa para ganarse su perdón, ha sido el reconocimiento por ellos mismos de la inexistencia de la Universidad de Tifariti. En los comentarios que hacen, partiendo todos del hartazgo respecto a la corrupción imperante en la cúpula del Polisario y el incremento de la inseguridad ciudadana en los campamentos por la proliferación de negocios ilícitos, se enfrentan entre ellos por la conveniencia o no de hablar de ello públicamente.
Los hay que atacan a quienes afrontan realidades defienden que no deben contarse, porque eso «ayuda al enemigo y perjudica la lucha», pero sorprende que, desde la diáspora, se revuelven muy duramente contra quienes siguen utilizando el amedrentamiento, el insulto y la amenaza para intentar silenciar secretos a voces.
Y es que no pueden seguir manteniendo a unas autoridades que no protegen a los habitantes de los campamentos saharauis. Que sólo piensan en las maneras de enriquecerse. Y es hora de que los saharauis pidan al movimiento solidario que les ayuden. A ellos, no al Polisario. Que no tapen sus vergüenzas.
Fuente: La Libertad es su Derecho